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sábado, 20 de febrero de 2010

La gestión basada en principios.

La vinculación de todos los miembros que forman una PYME (propiedad y profesionales) se basa en su sentido de pertenencia y tiene relación con los distintos valores que comparten, o no.
Los valores son, compartidos o no, esenciales para explicar el porqué del éxito de las PYMES
Y sobre todo explican el porqué un empresario (o socios en una PYME) es o son capaces de aglutinar a su alrededor un equipo de personas que reman en el mismo barco y en la misma dirección…o no.
Lamentablemente los valores son el aderezo necesario pero no suficiente para que este vínculo sea todo lo consistente en el tiempo que se precisa para que soporte las indudables dificultades por las que pasan las PYMES a lo largo de su existencia.
Solo en una PYME con sólidos principios se transmitirán órdenes y se tomarán decisiones coherentes, valiosas y aceptadas (incluso compartidas) por todos.
Algunos propietarios de PYMES o directivos que están al frente de ellas juegan al regate corto, a aplicar a los demás varas de medir que no aceptan para ellos, medran y manipulan creyéndose así poseedores de las llaves de la gestión que les permitirán mantener su posición de líder (más aparente que real).
¡ Craso error ¡
No sabrán porqué y los resultados se resentirán al mismo ritmo que el contrato emocional y a veces también el económico que vinculaba a los miembros que forman parte de la PYME, se habrá roto en añicos.
Delegación formal de responsabilidades que no se acompaña con delegación de poder real para cumplir con su misión, mantenimiento de la última palabra en todo cuando se presume haber dado la voz, decir que se confía cuando se vigila incluso se espía sin rubor a sus espaldas al otro por todos los medios (personales y telemáticos), aplicar el embudo desde el poder de la sinrazón cuando la decisión no admite el más mínimo análisis lógico, discriminar con tal de satisfacer al cercano y tratar de convencer al otro utilizando justamente la razón contraria aunque se sepa que se perjudica la buena fe y el rendimiento del tercero, no son más que estratagemas del líder que ni lo es ni nunca lo será.
Un principio es algo más.
Un principio es visionado y deseado por todos, no admite discusión en sí mismo.
Es universal y beneficioso.
Es coherente y permite ejercer la autoridad en las PYMES desde la certeza que une y no separa.
Un principio es la sinceridad, otro principio es la honradez, otro es la lealtad….y hay más.
¿Cuántos propietarios de PYMES o directivos que están al frente de empresas desean que sus colaboradores sean sinceros para que “les cuenten” (sea usted mis ojos y mis oídos) y no pagan con la misma moneda?
¿Cuántos o directivos que están al frente de empresas toman decisiones sorteando la Hacienda Pública o llevan una agenda completamente distinta a la de los intereses de los socios con tal de alcanzar sus fines no importa a costa de qué?
¿Cuántos o directivos que están al frente de empresas son leales solamente a sí mismos mientras sermonean sin rubor a todo aquel que tiene la paciencia (o no tiene otro remedio) de escucharles?
Cuando se gestiona una empresa sin que las decisiones y acciones se basen en principios, se producen repetidamente frustraciones entre los buenos profesionales que ven que lo que hoy es blanco mañana es negro o que se actúa dependiendo de lo que conviene en cada momento.
Cuando se actúa con la técnica del regate corto, nunca se llega a la portería contraria con solvencia.
Y si se llega a meter algún gol, siempre se acaba perdiendo el partido.

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