SI, se puede!!!!

Muchas PYMEs viven con la sensación de que el horizonte está cada vez más negro, que hagan lo que hagan, el destino-crisis, que no los empresarios, marcarán el devenir de sus empresas, y como consecuencia, su propio devenir patrimonial y personal.
Hay otros que, sin embargo, siguen luchando con todas sus fuerzas, tratando de adaptarse a una realidad que cambia más rápidamente y les sorprende más deprisa de lo que son capaces de resolver y de las respuestas que pueden ir aplicando.
Y sin embargo, la realidad objetiva, no suele ser tan desconcertante.
Una de las causas de este síndrome es el "tutus revolutum" en el que se ven inmersos muchos empresarios.
La ansiedad y, a veces, la angustia, les lleva a perder acierto y como consecuencia de ello, no dejan de empeorar su situación.
El síntoma más frecuente es la falta de análisis: toman como referencia el total de lo que deben, muchas veces cifras importantes, sin desagregar las causas ni, a partir de esta desagregación, abordarlas cada ua de la forma más apropiada.
Las más de las veces esta confusión les lleva a no cuestionarse si su negocio es o no rentable, qué tendría que hacer o de qué no hacer para que lo fuera.
Y solo a partir de entonces es cuando se debe plantear atender, tanto al desarrollo de la empresa como a liquidar las deudas contraídas, precisamente, por falta de rentabilidad (SÍ: cuando alguien no ha pagado y ha generado problemas graves de solvencia en nuestra empresa, es un claro exponente de falta de rentabilidad ya que no se supo prevenir o evitar la pérdida ocasionada por dicho inpago).
En resumen: cuando el endeudamiento ha asomado ya de forma preocupante, aislarlo, hay que centrarse en la rentabilidad y en el plan de viabilidad que permitirá remontar la situación y salir del atoyadero.
No hacerlo, mezclarlo todo y dejarse arrastrar por la ansiedad, solo perjudica.
Hágase analizar la empresa, con otros ojos, y escuche las propuestas de alguien que sabe y que no le afecta la situación: su empresa y su salud se lo agradecerán.